
Metro de Madrid prepara un megacontrato para los próximos meses con el que pretende renovar su flota, un plan que la entidad pública evaluó hace años y que más tarde paralizó tras la llegada de la pandemia. La entidad madrileña explica que el proyecto de renovación afectará a entre 60 y 69 trenes y que el valor del contrato superará los 600 millones de euros. Aunque no hay un plazo determinado para la publicación de los pliegos técnicos y administrativos, reconocen que “está todo prácticamente listo”, según publica La Información.
El objetivo de la compañía no es solo renovar la flota y conseguir así una mejor experiencia para el viajero, sino lograr un mayor uso de la red de metro. Para ello se utilizará la tecnología de Control de Trenes Basado en Comunicaciones (CTBC), que permite que los trenes en circulación rueden más cerca unos de otros con toda seguridad, lo que ayuda a introducir más vehículos al mismo tiempo. Este sistema también mejora los costes asociados al ciclo de vida de los trenes, al requerir un menor mantenimiento, y grandes ahorros de energía, gracias a la estrategia de conducción óptima. En la actualidad, Metro Madrid consigue que en hora punta circulen a la vez 325 trenes. En términos generales, sube a sus trenes una media de 2,3 millones de viajeros al día (673 millones de viajeros al año, según datos de 2019).
El plan de renovación de trenes, que fue anunciado por primera vez en 2019, iba acompañado de otro plan de contratación de 300 maquinistas. Pero la pandemia retrasó el proceso y los sindicatos criticaron el bloqueo: “Más de la mitad de los trenes que circulan por la red de Metro tienen más de 30 años, superando así la vida útil que recomiendan los fabricantes”, explicaron desde CCOO en un comunicado. La renovación de trenes es una obligación para Metro de Madrid, que esbozó hace años que a partir de 2023 debía sustituir a sus trenes más antiguos y cubrir las necesidades de las futuras ampliaciones previstas.
Para la puja aparecen varios nombres, pero sobresalen CAF y Alstom, según fuentes del sector. En los últimos años, CAF le ha arrebatado contratos importantes a Alstom, incluso, en su propia casa. Dos ejemplos recientes: el contrato para la renovación de trenes del gigante SNCF y el de más de 2.000 millones para el suministro de 146 trenes a una de las líneas ferroviarias de París. Alstom no se ha quedado atrás y ha devuelto el golpe en otras ocasiones, como en el proyecto del Tren Maya, en México, o en el del tranvía de Toulouse (714 millones de euros). Otro ejemplo fue el concurso por el suministro de material rodante para dos nuevas líneas de tranvía en Casablanca (Marruecos), en un proceso en el que solo competían ambas y que terminó con resultado amargo para la firma guipuzcoana.
Tanto CAF como Alstom han participado de distintos proyectos de Metro Madrid en el pasado. Incluso han contribuido conjuntamente a la fabricación algunos de los distintos trenes, como los de la serie de los 6000 y la primera serie de los 8000. Sin embargo, el parque de material móvil lo componen trenes de un variado grupo de fabricantes, entre los que también están la canadiense Bombardier y la alemana Siemens.